lunes, 3 de febrero de 2014

ANTONIO GAMONEDA, Amor

AMOR
Mi manera de amarte es sencilla:
te aprieto a mí
como si hubiera un poco de justicia en mi corazón
y yo te la pudiese dar con el cuerpo.

Cuando revulevo tus cabellos
algo hermoso se forma entre mis manos.

Y casi no sé más. Yo sólo aspiro
a estar contigo en paz y estar en paz como un desconocido
que a veces pesa también en mi corazón.
(Antonio Gamoneda, Blues castellano)

Antonio Gamoneda nació en Oviedo el 30 de mayo de 1931. A los dos años, y tras la muerte de su padre, se trasladó a León con su madre. Su formación intelectual fue básicamente autodidacta, aprendió a leer solo, fijándose en las letras del único libro que había en la biblioteca familiar de León, un volumen que se titulaba 'Otra más alta vida', firmado por su padre, un poeta de corte modernista, resucitado en aquellas líneas descifradas por su hijo.
Como señaló el propio autor: «Mi tipología de escritor ha de ser la que pueda darse, partiendo de 1936, en la suma de unos componentes históricos y biográficos que son, más o menos, los siguientes: pobreza familiar, escasa escuela pública, y la contemplación inocente de la crueldad y la miseria moral de la guerra civil y la posguerra militarizada». Empezó a trabajar en 1945 como recadero en un banco, actividad que compaginó durante muchos años con estudios medios.
Gamoneda publicó sus primeros poemas en 1960, como los escritos en 1947 "Sublevación inmóvil". En ese mismo tiempo escribió "Blues castellano", que entonces no editó por razones de censura. El poeta leonés ha vivido siempre en esta ciudad, donde dirige, desde hace muchos años, la Fundación Sierra-Pambley, creada en 1887 por Francisco Giner de los Ríos con los principios de la Institución Libre de Enseñanza.
Aunque cronológicamente podría pertenecer a la generación de los cincuenta, su obra ha permanecido aislada de cualquier tendencia poética. Lo autobiográfico envuelve toda su obra, pero no hay una crónica de experiencias ni un retrato objetivado de la realidad, sino que, como escribe Casado: “Gamoneda no desarrolla propiamente un relato, ni siquiera cuando anuncia que va a hacerlo; los hechos se fragmentan en sensaciones, en detalles aislados de su contexto, transportan ecos de tiempos anteriores. La mirada está sometida a un núcleo obsesivo que la absorbe, la dirige de forma centrípeta hacia lo que el poeta llama interiorización”. Lo que propone en definitiva la poesía de Gamoneda no es mostrarnos la experiencia real, sino la experiencia vital, donde los hechos cobran la fuerza de la pértiga para adentrarse en las honduras del ser.
Su obra, de una fuerza excepcional, ha sido reconocida tardíamente como una de las grandes voces de la poesía española actual, lo que ha culminado con la concesión casi simultánea de dos de los más altos galardones; el Premio Cervantes y el Premio Reina Sofía a la poesía iberoamericana.

1 comentario:

  1. Es uno de los poemas que más ha gustado a los alumnos.
    Han buscado entre sus instantáneas de escenas de amor, aquéllas que, por cotidianas, han creído que expresan con más sinceridad este misterioso e inabordable sentimiento.

    No conocía la biografía de Gamoneda. He recordado la visita de Rafael Saravia y ahora comprendo que lo mencionara como uno de sus maestros. Parecen vidas paralelas.

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