martes, 1 de febrero de 2011

Lunes, 31 de enero. Ayer te besé en los labios de Pedro Salinas

No encontré, otro modo mejor de conmemorar este lunes poético que iniciar el recién llegado mes de febrero paladeando un beso, pero no un beso cualquiera, el beso por excelencia. Desde un punto de vista estructura, el autor clásico emplea el verso octosilábico que rompe con bruscos encabalgamientos acentuando la intensidad del tema: el amor. Logra con un texto aparentemente sencillo lanzar un mensaje que conceptualmente se presenta como de gran dificultad a través del recurso de la paradoja, para desembocar en un final opuesto a lo que se considera verdadero o normal: Te estoy besando más lejos.
El texto es en definitiva, un exponente esencial de la poesía amorosa de Salinas, como permanente diálogo entre la amada (tú) y el poeta (yo). Que ustedes lo degusten...

Ayer te besé en los labios.
Te besé en los labios. Densos,
rojos. Fue un beso tan corto,
que duró más que un relámpago,
que un milagro, más. El tiempo
después de dártelo
no lo quise para nada ya,
para nada
lo había querido antes.
Se empezó, se acabó en él.
Hoy estoy besando un beso;
estoy solo con mis labios.
Los pongo
no en tu boca, no, ya no...
-¿Adónde se me ha escapado?-.
Los pongo
en el beso que te di
ayer, en las bocas juntas
del beso que se besaron.
Y dura este beso más
que el silencio, que la luz.
Porque ya no es una carne
ni una boca lo que beso,
que se escapa, que me huye.
No.
Te estoy besando más lejos.
(Pedro Salinas, La voz a ti debida)

LOS LUNES POÉTICOS DEL IES JIMENA MENÉNDEZ PIDAL
31 DE ENERO DE 2011

1 comentario:

  1. Tengo que decir que Salinas es mi poeta favorito. Es el poeta del amor, en el que encuentro los rastros de San Juan de la Cruz, de Bécquer, de Machado y sobre todo de sí mismo, de un hombre que amó y que vivió el amor no como producto de consumo, sino como una proyección de sí mismo hacia el tú, en cuyo encuentro se produce una pirueta que nos lleva más allá del tiempo, más allá del sitio, para encontrarse con mi alma que anhela también amar infinitamente. Mi alma es la receptora de ese beso prolongado que me hace decir gracias por el regalo.

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