Para elaborar el color azul, recorta un pedazo
de este cielo de agosto y sumérgelo unos minutos
en un vaso de agua de mar: ganará en transparencia.
Naranjas, rojos y violetas te los regalarán el amanecer
y el ocaso si sabes cómo sonreírles.
Si necesitas del verde
no pidas nada a los árboles,
pero arranca el manojo de hierbas
sobre el que tu pelo haya estado acostado antes.
Y el dorado, el dorado recógelo cuidadosamente,
de tan frágil, de las esquirlas de este instante.
Martín López-Vega nació en Po de Llanes, Asturias, en 1975. Licenciado en Filología Española por la Universidad de Oviedo, estudió literatura portuguesa en la Universidade do Minho (Braga) y obtuvo la beca Valle-Inclán de la Academia de España en Roma en 1999. Ha sido redactor del suplemento El Cultural del diario El Mundo, librero en La Central de Madrid y Barcelona y director editorial de Vaso Roto ediciones. Ha escrito crítica literaria en diferentes suplementos culturales, entre ellos los de los diarios El País, El Mundo, ABC, La Vanguardia, La Nueva España o El Correo de Andalucía. En la actualidad es traductor.
Su poesía, ambientada a menudo en ciudades extranjeras, cosmopolita, nostálgica y meditativa, reflexiona sobre el lugar del hombre en el mundo contemporáneo, sobre su forma de relacionarse con las otras personas y con la historia, a la vez que mantiene el enlace con el ámbito campesino y rural en los poemas que tratan de su infancia en una aldea asturiana. Su nombre es habitual en las antologías y recuentos de la poesía paciente.
qué hermoso, Martín. Gracias
ResponderEliminarCuánto tiempo sin pasearme por este jardín. Quedémosnos con estos colores y dejemos a un lado los negros, grises y "marrones" que nos persiguen.
ResponderEliminarQué alegría verte. Yo sí que te echo de menos por este jardín. Besos.
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