"... El mar entre las manos de las nubes.
El mar entre las nubes de las hierbas.
El mar entre las hierbas de tu cuerpo..."
Juan Eduardo Cirlot (1916-1973) es quizá uno de los autores más herméticos de la literatura de posguerra, sería preciso acudir a su extenso Diccionario de símbolos para hermanarse con su lírica, tan extraña como sugerente. Quizá sea Juan Carlos Mestre el heredero más cercano a sus versos, a mi entender.
Tras la Guerra civil española, interrumpidos sus estudios de música entra en contacto con el surrealismo y el simbolismo a partir de 1940 trabando amistad con André Breton. De su obra lírica destacan textos como: En la llama, Cordero del abismo y Ochenta años.
Además de a mis alumnos, que tanta gratitud me devuelven todos los días, quiero dedicar este poema a mi maestra Lola Pedrosa Luna que me enseñó a Cirlot siendo tan sólo una niña y el alma despierta de una buena maestra.
HOMENAJE
Mi alma es la ventana donde muero.
Mi alma es una danza maniatada.
Mi alma es un paisaje con murallas.
Mi alma es un jardín ensangrentado.
Mi alma es un desierto entre la niebla.
Mi alma es una orquesta de topacios.
Mi alma es una rueda sin reposo.
Mi alma son mis labios que se abren.
Mi alma es una torre en una playa.
Mi alma es un rebaño de suplicios.
Mi alma es una nube que se aleja.
Mi alma es mi dolor, mío, por siempre.
Mi alma es el naranjo azul que arde.
Mi alma es la paloma enajenada.
Mi alma es una barca que regresa.
Mi alma es un collar de vidrio y llanto.
Mi alma es esta sed que me devora.
Mi alma es una raza desolada.
Mi alma es este oro en que florezco.
Mi alma es el paisaje que me mira.
Mi alma es este pájaro que tiembla.
Mi alma es un océano de sangre.
Mi alma es una virgen que me abraza.
Mi alma son sus pechos como astros.
Mi alma es un paisaje con columnas.
Mi alma es un incendio donde nieva.
Mi alma es este mundo en que resido.
Mi alma es un gran grito ante el abismo.
Mi alma es este canto arrodillado.
Mi alma es un nocturno y hay un río.
Mi alma es un almendro de oro blanco.
Mi alma es una fuente enamorada.
Mi alma es cada instante cuando muere.
Mi alma es la ciudad de las ciudades.
Mi alma es un rumor de acacias rosas.
Mi alma es un molino transparente.
Mi alma es este éxtasis que canta
golpeado por armas infinitas.
(Juan Eduardo Cirlot)
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